martes, 8 de marzo de 2022

Prólogo

 En el primer libro de esta serie (Barreras y desafíos en educación sexual) se revisó la actualidad noticiosa en distintas partes del mundo en torno al estatus de la educación sexual en algunas naciones, con una breve reflexión sobre la información allí presentada; y en el segundo libro de la serie (El mundo pide a gritos educación sexual) se abordaron temas sobre cultura general en la materia con el fin de reforzar lo importante, necesario y urgente que es enseñar educación sexual desde el hogar y la escuela, en todo el mundo. Vivimos en una época en la que, si bien ya no podemos obligar a los padres a que la enseñen en casa, nadie debería prohibirla ni negarla en las instituciones educativas.

Este tercer y último libro de la serie presenta aspectos de la vida cotidiana en los que es imperativo tomar consciencia y trabajar internamente para mejorar el manejo de la energía sexual y así dejar de luchar contra sí mismos y contra la energía vital, comenzando desde lo más prioritario (como lo es educar en torno a la verdad) hasta llegar a la comprensión de lo más trascendental (la vida misma), porque se trata de una energía que en su esencia es el origen de absolutamente todo en este mundo y nos acompaña de diversas formas y en todas las etapas de nuestra vida hasta el momento de la muerte. Estamos hablando de una energía que se ha desvirtuado y mal usado, pero que es capaz de inspirar a las naciones a desterrar las guerras suicidas, los odios raciales, los dogmas religiosos y todos los males del mundo.

La nula o insuficiente educación sexual, como tendencia dramática en el mundo, tiene relación directa con el atraso social incluso en los países más “desarrollados” y en vista de eso es primordial impartir educación sexual en todas las aulas del mundo (desde preescolar) en forma ineludible, permanente, secuencial y oportuna para rescatar al mundo de la ignorancia, del fracaso y del caos al que nos han llevado los antiguos modelos educativos. En pleno siglo XXI se sigue creyendo que la diversidad sexual hace referencia solamente a las agrupaciones LGBTIQ+ y que lo normal es la heterosexualidad, cuando en realidad nadie puede jactarse de ser normal y lo natural es ser único y por lo tanto raro.

Si algún conglomerado va a recomponer la realidad de este mundo, ese es la generación de humanos que apenas está naciendo. Difícilmente lo hará aquel compuesto por quienes ya “crecieron”, se contaminaron con las “verdades” de este mundo y contribuyeron a perpetuar o acentuar el caos. Lograr un mundo mejor ya no está al alcance ni de los “árboles” más fuertes y robustos, sino de las “semillas” con información sin manipular ni alterar por parte de quienes creen saberlo todo, pero en realidad solo saben mantener el desastre.

Quizá sea tarde para aquellos que todavía creen que el mundo debe cambiar sin esforzarse para contribuir, pero aún hay oportunidad para quienes entienden que debemos dejarlo en mejor condición para los que vienen a continuación, como quien siembra un árbol frutal, aunque sepa que jamás va a disfrutar de la cosecha. En realidad, no es tarde para quienes están dispuestos a despertar su consciencia dormida y aprender a educar de manera absolutamente distinta a la educación tradicional. Hasta aquí fuimos criados de manera inconsciente, pero eso debe cambiar.

El caos que hay en el mundo no es causado por las nuevas generaciones como se tiende a pensar. Es en realidad una consecuencia del tipo de educación que recibieron y practicaron las generaciones pasadas que no se percataron de que el mundo evoluciona y con ello todo lo que hace parte de este, incluidos los seres humanos. Se dice que el mayor deseo de los padres es que los hijos sean felices y alcancen la plenitud en sus vidas, pero ellos quieren consumar ese deseo con base en sus propias expectativas y no con asiento en las expectativas de los hijos, y quieren que sus descendientes sean honestos, pero les mienten y les omiten información necesaria y esencial para el desarrollo de una personalidad digna de admiración, respeto y emulación.

Son muy escasos los padres que no le han mentido a los hijos, partiendo con asuntos aparentemente inocentes y triviales como la existencia de un ser que trae regalos en las celebraciones de la navidad o de los reyes magos, siguiendo con asuntos aparentemente inofensivos como utilizar a los hijos para encubrir o evadir aquellas situaciones que se quieren evitar (dígale a la profesora que no puedo ir a la citación porque estoy de viaje, por ejemplo), y culminando con asuntos sumamente transcendentales como tergiversar la verdad sobre el origen de la vida y el modo en que llegamos a este mundo.

Esos padres que propician la fantasía innecesaria, enseñan sutilmente a mentir y ocultan una información muy importante a sus hijos, son los mismos padres que después se preguntan por qué sus hijos no confían en ellos, se apartan de su presencia (avergonzados incluso), se oponen a su autoridad y se desconectan emocionalmente. Tales padres ignoran que cuando un hijo deja de confiar en ellos, difícilmente desarrollará confianza en Dios y no sospechan que, gracias a esconder el sexo a los niños, jamás sabrán detalles de la vida sexual de los hijos. Los mismos padres que supuestamente aman a sus hijos, son aquellos que sin tregua los cuestionan, los manipulan, los castigan (física y emocionalmente) y los someten a cuotas de un “amor” por completo condicional, creyendo que bajo ese modelo de crianza es posible esperar hijos perfectos. ¿Habrase visto padres más ilusos?

Niños, niñas y adolescentes de todo el mundo continúan a la espera de padres conscientes que trasmitan conocimientos en educación sexual de acuerdo con la edad, de manera natural, explícita y auténtica, sin prejuicios y con mensajes positivos. Comencemos entonces por reconocer que no lo sabemos todo y que conocemos muy poco o nada acerca de la energía sexual y busquemos la información necesaria en fuentes confiables (la iglesia y las religiones por obvias razones no lo son). Hagamos ese difícil acto de humildad con la idea de liberarnos de prejuicios; librarnos y salvar a los demás de actos erróneos; y dejar de sentir miedo, demostrar rechazo y actuar con violencia hacia lo que no conocemos, algo que solamente es propio de la falta de conocimiento.

Indice

Prólogo

Los pequeños avances en el mundo. 7

Occidente versus Oriente y el Norte contra el Sur 10

¿Cuándo tendremos hijos perfectos?. 13

Los niños nacen perfectos, pero los desajustamos. 16

Los maestros son los hijos, no los padres. 19

Por qué los padres son los malos de esta película. 22

El legado de la represión de la energía sexual 24

El poder y la importancia de la energía sexual 27

El uso correcto y cabal de la energía sexual 30

Los programas universitarios de educación sexual 33

La relevancia del uso del lenguaje inclusivo. 36

Acercando la energía sexual al acto jurídico. 39

La intersexualidad y un tercer género. 41

El Chakra del Sacro (Chakra sexual) 44

El deseo no decae con los años. 46

Energía sexual y poder en íntima relación. 48

La energía sexual y el mercado del sexo. 50

La energía sexual y las garras del consumismo. 52

La energía sexual y las pasiones de la guerra. 55

La energía sexual y las argucias del narcotráfico. 58

El conocimiento sobre el sexo es un poder mayor 60

 

Prólogo

  En el primer libro de esta serie ( Barreras y desafíos en educación sexual ) se revisó la actualidad noticiosa en distintas partes del mun...